Aunque aún quedan semanas para Fiestas Patrias, decenas de familias ya delimitan sus espacios en el tradicional recinto coquimbano. Autoridades destacan el valor patrimonial del evento y anticipan grandes novedades.
La Pampilla de Coquimbo ya comenzó a vestirse de fiesta. A pesar de que septiembre aún está lejos, varias familias han llegado con anticipación al recinto para marcar los terrenos que ocuparán durante las celebraciones de Fiestas Patrias, reafirmando una tradición que cruza generaciones y que es parte del ADN coquimbano.
Este año, la instalación temprana de carpas, estacas y vallas ha sorprendido a muchos. Lo habitual era que las familias comenzaran a delimitar sus espacios durante el mes de agosto, coincidiendo con la celebración del Día del Niño. Sin embargo, en esta ocasión, desde los primeros días de julio se ha registrado una presencia creciente de campistas en la explanada pampillera.
Javier Cortés, coquimbano de 32 años, relató que junto a su familia acampan desde que él era un niño. “Somos más de 20 personas, entre mis papás, tíos, pareja e hijos. Esta tradición queremos que siga con nuestros hijos”, cuenta.
El joven explicó que solían marcar el terreno en agosto, pero este año notaron que muchos se adelantaron. “Vimos por la tele que ya estaba casi todo marcado y unos amigos nos mandaron una foto con mucha gente, así que vinimos antes. Por suerte, pudimos conservar nuestro lugar”, agregó.
Además, detalló que cada fin de semana visitan el sitio para limpiarlo, cuidarlo, adelantar trabajos y compartir en familia: “Hacemos hoyos, ponemos los palos, vallas… y aprovechamos de hacer asaditos”, comentó entre risas. Su familia suele instalarse el 12 de septiembre y quedarse hasta el 21.
Respecto a los artistas que podrían llegar este año, Cortés bromeó con que “el alcalde dijo que tendría que vender la Cruz del Tercer Milenio para pagarles”, y expresó su deseo de ver a grupos rancheros chilenos como Los Llaneros de la Frontera.
Mauricio Vargas, constructor de 55 años, también se adelantó este año a marcar terreno. “Llevamos más de 40 años instalándonos en el mismo sector, hacia el sur, cerca de la cancha de fútbol”, relató.
Vargas acampa junto a cerca de 50 familiares, entre hijos, nietos, primos y tíos. “Nos instalamos el 14 y nos vamos el 22. Nos turnamos, pero siempre alguien está. Venimos los fines de semana a cuidar, almorzar y tomar once en el terreno”, señaló.
Sobre el espectáculo musical, dijo que le gustaría ver a Don Omar, aunque valoró la variedad que La Pampilla ofrece para todos los gustos.
Consultado sobre el fenómeno de la anticipación, el alcalde de Coquimbo, Alí Manouchehri, indicó que la expectación es resultado de dos exitosas ediciones anteriores. “Hay familias históricas que acampan desde hace generaciones en los mismos espacios, respetándolos año a año. Esto es patrimonio cultural”, subrayó.
Asimismo, confirmó que La Pampilla 2025 contará con un presupuesto histórico, y destacó el impacto económico del evento para la ciudad, al movilizar una amplia gama de rubros y emprendimientos locales.
En materia de seguridad, Manouchehri detalló que desde 2023 se incorporó un sistema mixto que incluye guardias privados, Seguridad Municipal y Carabineros, quienes instalan una Comisaría Temporal dentro del recinto. Para este año, se aprobó una licitación por $120 millones de pesos, lo que permitirá contar con 150 guardias privados durante toda la festividad.
La Pampilla no es solo una celebración: es una muestra de identidad, arraigo y encuentro familiar. Y aunque las fondas, empanadas y artistas siguen siendo protagonistas, lo que más destaca es el sentido de pertenencia de las miles de personas que, año tras año, convierten este espacio en su segundo hogar por más de una semana.