En su homilía frente a miles de fieles y autoridades, monseñor Isauro Covili denunció el avance del crimen organizado, el deterioro institucional y pidió compromiso para recuperar la paz social.
En el marco de la tradicional fiesta religiosa en honor a la Virgen del Carmen, celebrada este 16 de julio en el pueblo de La Tirana, el obispo de Iquique, monseñor Isauro Covili, envió un potente mensaje a las autoridades civiles y militares, expresando su preocupación por la corrupción, el crimen organizado y las múltiples crisis sociales que afectan al país.
Durante la misa de campaña y la vigilia —realizada ante más de 60 mil fieles, junto a representantes del mundo político y regional— Covili advirtió que Chile atraviesa un momento crítico en materia de seguridad, desigualdad y salud mental.
“Hemos sido testigos de casos graves de corrupción que han afectado a casi todas las instituciones, incluso dentro de Carabineros, el Ejército y la Fuerza Aérea”, expresó el obispo, calificando la corrupción como un “cáncer” que amenaza las bases de la institucionalidad chilena.
Asimismo, hizo un urgente llamado a combatir el crimen organizado, señalando que su avance ha generado nuevas formas de violencia y delitos que han incrementado el miedo y deteriorado la calidad de vida de la ciudadanía. “La ley no lo resuelve todo si la vida y la convivencia no cambian”, advirtió.
En su homilía, también abordó el déficit habitacional que afecta a más de 650 mil familias en el país, de las cuales un 17% vive actualmente en campamentos. Sumó a ello su preocupación por el aumento de los casos de violencia intrafamiliar y el deterioro de la salud mental en la población.
En otro de los momentos centrales de la celebración, el obispo reafirmó su postura contraria al aborto y llamó a defender la vida desde su concepción. “Un buen cristiano es invitado por Dios para cuidar la vida, defenderla, sobre todo a los más indefensos: los engendrados y no nacidos”, enfatizó Covili ante los asistentes.
Finalmente, en este contexto de año jubilar, el obispo instó a los fieles y comunidades a comprometerse con la paz y la justicia social. Según cifras entregadas por las autoridades, más de 300 mil personas participaron en las distintas jornadas de esta emblemática festividad religiosa, consolidándola como una de las más multitudinarias del norte de Chile.