Once internas del Centro de Detención Preventiva participaron en el programa “ExpresArte” de Prodemu, que buscó fortalecer la reinserción social y la expresión emocional a través del arte textil.
Once mujeres privadas de libertad del Centro de Detención Preventiva (CDP) de Illapel recibieron su certificado de participación en el Taller ExpresArte de bordado con arpilleras, desarrollado por la Fundación Prodemu en coordinación con la Seremi de Justicia y Derechos Humanos y Gendarmería de Chile.
La iniciativa formó parte de la oferta programática 2025 que impulsa la Fundación, con el propósito de fomentar el desarrollo personal, la creatividad y la expresión emocional de las participantes, además de promover la reinserción social a través de actividades artísticas con enfoque de género.
Durante el taller, que se realizó entre los meses de agosto y octubre, las mujeres confeccionaron diversas piezas decorativas y utilitarias, aplicando distintas técnicas de bordado con arpilleras. Estas creaciones no solo representaron un espacio de aprendizaje, sino también una vía para canalizar emociones, fortalecer la autoestima y proyectar posibles emprendimientos futuros.
La seremi de Justicia y Derechos Humanos, María José Rojas, destacó el valor humano y transformador de la iniciativa:
“Cada programa que promueve la reinserción es una oportunidad para que las mujeres privadas de libertad reconstruyan su proyecto de vida. Detrás de cada bordado hay una historia de esfuerzo y esperanza, y ese es el camino que queremos fortalecer como Gobierno”.
Por su parte, la delegada presidencial provincial de Choapa, Carolina Estroz Fernández, subrayó que la reinserción comienza mucho antes de recuperar la libertad:
“Queremos seguir llegando con capacitaciones, talleres y acciones de autocuidado al CDP de Illapel. Este trabajo conjunto busca construir, junto a las mujeres, un nuevo camino lleno de oportunidades”.
El director regional de Prodemu, Luis Astorga Veas, explicó que el programa ExpresArte permitió que las internas pudieran expresar sus pensamientos y emociones a través del arte textil, abordando temáticas de autonomía y género.
“A través del bordado con arpilleras, las participantes dieron vida a obras que reflejan su identidad y sus procesos personales, transformando los materiales en herramientas de aprendizaje y resiliencia”, señaló.
La experiencia finalizó con una exposición de los trabajos realizados, donde las participantes compartieron sus creaciones en un ambiente de reconocimiento y compañerismo, reafirmando que el arte también puede ser un camino hacia la libertad y la reconstrucción personal.
